Desde el comienzo mismo de
la vida humana no podemos imaginar la existencia de una
persona sin las caricias proporcionadas por una madre, o el
simple hecho de frotar o rascarse siguiendo el llamado de una
picazón en la piel. El movilizar una
zona del cuerpo es algo por demás natural. Significa
autoreconocimiento y cuidado a nuestro cuerpo; en el caso de
efectuarlo en otra persona es estar atento al otro y una
expresión de cuidado.
Todos necesitamos del
contacto con el otro, aunque más no sea visual.
Los sentidos están ahí,
como prolongaciones sensoras de nuestro ser. Podemos privarnos
de casi todos pero el sentido del tacto es muy difícil que
podamos no tenerlo.
El pueblo Chino, es la
fuente más antigua escrita, que describe el masaje como una
serie de presiones usados para combatir dolores y afecciones.
Los egipcios, los griegos,
los romanos, los árabes han tenido
una cultura importante del masaje.
En la actualidad el movimiento de masaje Shiatzu en Japón es
una actividad integrada a lo cotidiano por su gente.
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